El post-nacimiento dura 3 años, según la fisioterapia obstétrica, y se divide en 4 etapas diferentes, las cuales tendrán una duración y un tratamiento diferentes.
La primera etapa es la del POST-NACIMIENTO INMEDIATO en la que está indicada la utilización de la faja bota-lumbota, la realización de ejercicios circulatorios y respiratorios, dar importancia al reposo, a los cuidados vulvares ya la educación perinatal, y iniciar la lactancia materna.
En la segunda etapa, la FASE CONJUNTIVA, comienza la regeneración de los tejidos, ahí sería adecuado establecer una alimentación proteica y rica en minerales y vitaminas. Por otra parte, sería conveniente favorecer la lactancia, realizar posturas hipopresivas y progresivamente los hipopresivos, seguir con reposo y ejercicios circulatorios, y privilegiar las caricias clitorianas, vulvares y perineales, más que la penetración vaginal. Durante esta fase pueden aparecer una serie de síntomas que harían falta tratar, como son: la vulvodinia (inflamación y dolor vulvar), dificultades en la lactancia materna, dolencias a nivel de los senos, linfangitis (consultar con la comadrona), y dispareunia (dolores durante las relaciones sexuales).
La tercera etapa, la FASE MUSCULAR, da paso a la reconstrucción de la musculatura del suelo pélvico. Es aconsejable una revisión de fisioterapia uroginecológica con el fin de hacer un balance de la postura y un balance global del post-nacimiento, así como dar las pautas de prevención o de tratamiento en caso necesario, y consejos sobre la sexualidad. Es posible que los problemas de la segunda etapa aparezcan durante la muscular.
La cuarta etapa es el PERIODO TARDÍO; aquí puede existir algún problema del suelo pélvico, como: apertura vulvo-vaginal (la vagina abierta), dispareunia (dolor en las relaciones sexuales), hiposensibilidad sexual (disminución de sensibilidad a las relaciones sexuales) , incontinencia fecal o de gases (pequeñas fugas de heces o déficit de control de gases), estreñimiento distal (dificultad para evacuar las heces), incontinencia urinaria (pequeñas pérdidas de orina), urgencia miccional (ganas de orinar frecuentemente y pocas cantidades ).
El correcto seguimiento de cada etapa ayudará a una mejor recuperación del suelo pélvico y prevendrá de cualquier patología. Todos estos problemas se pueden tratar, siendo reversibles en mayor o menor grado dependiendo del estado de las estructuras y del tiempo que hace que la mujer se encuentra en esta situación.
Está en sus manos elegir entre prevenir o curar.
Mireia Valls
La primera etapa es la del POST-NACIMIENTO INMEDIATO en la que está indicada la utilización de la faja bota-lumbota, la realización de ejercicios circulatorios y respiratorios, dar importancia al reposo, a los cuidados vulvares ya la educación perinatal, y iniciar la lactancia materna.
En la segunda etapa, la FASE CONJUNTIVA, comienza la regeneración de los tejidos, ahí sería adecuado establecer una alimentación proteica y rica en minerales y vitaminas. Por otra parte, sería conveniente favorecer la lactancia, realizar posturas hipopresivas y progresivamente los hipopresivos, seguir con reposo y ejercicios circulatorios, y privilegiar las caricias clitorianas, vulvares y perineales, más que la penetración vaginal. Durante esta fase pueden aparecer una serie de síntomas que harían falta tratar, como son: la vulvodinia (inflamación y dolor vulvar), dificultades en la lactancia materna, dolencias a nivel de los senos, linfangitis (consultar con la comadrona), y dispareunia (dolores durante las relaciones sexuales).
La tercera etapa, la FASE MUSCULAR, da paso a la reconstrucción de la musculatura del suelo pélvico. Es aconsejable una revisión de fisioterapia uroginecológica con el fin de hacer un balance de la postura y un balance global del post-nacimiento, así como dar las pautas de prevención o de tratamiento en caso necesario, y consejos sobre la sexualidad. Es posible que los problemas de la segunda etapa aparezcan durante la muscular.
La cuarta etapa es el PERIODO TARDÍO; aquí puede existir algún problema del suelo pélvico, como: apertura vulvo-vaginal (la vagina abierta), dispareunia (dolor en las relaciones sexuales), hiposensibilidad sexual (disminución de sensibilidad a las relaciones sexuales) , incontinencia fecal o de gases (pequeñas fugas de heces o déficit de control de gases), estreñimiento distal (dificultad para evacuar las heces), incontinencia urinaria (pequeñas pérdidas de orina), urgencia miccional (ganas de orinar frecuentemente y pocas cantidades ).
El correcto seguimiento de cada etapa ayudará a una mejor recuperación del suelo pélvico y prevendrá de cualquier patología. Todos estos problemas se pueden tratar, siendo reversibles en mayor o menor grado dependiendo del estado de las estructuras y del tiempo que hace que la mujer se encuentra en esta situación.
Está en sus manos elegir entre prevenir o curar.
Mireia Valls