Esos mocos pegajosos, acuosos, espesos, de diferentes colores… amarillos, transparentes, verdes…que obstruyen la nariz, se cuelan por la garganta, no dejan dormir a nuestros niños. Los mocos que intentamos combatir con múltiples dispositivos como la pera succionadora de mocos, aspiradores…y jarabes mucolíticos , antitusivos , fluidificantes y expectorantes…que no han demostrado eficacia alguna.
Técnicamente, esos mocos son la manifestación de las infecciones de las vías respiratorias superiores y resultan de la infección por múltiples virus que nos afectan en distintas épocas del año. La asistencia a guardería aumenta la frecuencia de afecciones de vías respiratorias agudas.
La infección más común es el resfriado común o catarro de vías altas , que se contagia a través de las manos y contacto estrecho con las personas enfermas. Sus síntomas: la obstrucción nasal, mucosidad, tos y a veces fiebre, son el cuadro típico que le da a los niños el sobrenombre de “mocosos”. Mocosos… es una etapa de la vida de nuestros niños. Dejemos que maduren; ellos y los mocos.
Aliados, porque los virus ponen a prueba el sistema inmune de nuestros niños, les hacen más fuertes, estimulan una respuesta visible en parte por ese conjunto de síntomas molestos que nuestros niños deben pasar y los padres deben con paciencia y cariño tratar de aliviar y no suprimir.
Contamos con variadas opciones para aliviar estos síntomas: se recomiendan lavados nasales con suero salino hipertónico o agua marina e hidratación abundante. También podemos recurrir a los medicamentos tradicionales, homeopáticos, alopáticos… con el fin de aliviar los síntomas en los niños y muchas veces a los padres que lo pasan mal, no descansan, no duermen y deben seguir adelante. La tarea no es fácil. Pero, sobretodo, paciencia y cariño son la mejor receta.
Hilda
Técnicamente, esos mocos son la manifestación de las infecciones de las vías respiratorias superiores y resultan de la infección por múltiples virus que nos afectan en distintas épocas del año. La asistencia a guardería aumenta la frecuencia de afecciones de vías respiratorias agudas.
La infección más común es el resfriado común o catarro de vías altas , que se contagia a través de las manos y contacto estrecho con las personas enfermas. Sus síntomas: la obstrucción nasal, mucosidad, tos y a veces fiebre, son el cuadro típico que le da a los niños el sobrenombre de “mocosos”. Mocosos… es una etapa de la vida de nuestros niños. Dejemos que maduren; ellos y los mocos.
Aliados, porque los virus ponen a prueba el sistema inmune de nuestros niños, les hacen más fuertes, estimulan una respuesta visible en parte por ese conjunto de síntomas molestos que nuestros niños deben pasar y los padres deben con paciencia y cariño tratar de aliviar y no suprimir.
Contamos con variadas opciones para aliviar estos síntomas: se recomiendan lavados nasales con suero salino hipertónico o agua marina e hidratación abundante. También podemos recurrir a los medicamentos tradicionales, homeopáticos, alopáticos… con el fin de aliviar los síntomas en los niños y muchas veces a los padres que lo pasan mal, no descansan, no duermen y deben seguir adelante. La tarea no es fácil. Pero, sobretodo, paciencia y cariño son la mejor receta.
Hilda