Post publicado en el blog Historias de Gente Menuda del pediatra Mariano Olivero
Tengo la impresión por momentos que no estamos dejando un mundo mejor para nuestros hijos.
Las largas jornadas de trabajo, el mal descanso, la necesidad de cumplir objetivos laborales, la mala alimentación, la falta de tiempo...todo esto nos genera un gran stress y perdemos tiempo invalorable para estar con nuestros hijos, para estar con ellos, para enseñarles como podemos vivir sin destruir el planeta en el que vivimos.
Los temas a charlar con nuestros hijos son incontables pero quisiera detenerme hoy en nuestro impacto medioambiental.
Creo que podemos empezar hablando con ellos de este tema poniendo el ejemplo de una caminata por la playa.
Nuestras huellas de pisadas en la arena, mudo testigo de nuestro paso por la playa deberían ser el único indicador de nuestra presencia. Tan respetuoso al medio ambiente como una huella de un pie en la arena que desaparece con la primera ola. Sin embargo vamos a la playa con ellos y el panorama es tan diferente...nuestro paso no deja huella sino heridas, marcas de nuestra absoluta falta de conciencia de medio ambiente, de nuestra falta de respeto por nuestros pares, por nuestra descendencia. Tu hijo ve como algo normal todo lo que hacemos, para ellos tus actos son el ejemplo a seguir, estos actos pueden más que mil palabras, aunque te llenes la boca de mensajes ecológicos si tus peques te ven hacer lo contrario a lo que dices el efecto es doblemente negativo. Por un lado te imitarán y por otro lado, si tu discurso es contradictorio con tu actuar perderás credibilidad para tus hijos.
Empecemos en casa, enseña a tus hijos a reciclar, a cuidar el agua...son pequeños pasos para un gran cambio.
Gracias Mariano por permitirnos compartirlo!
Tengo la impresión por momentos que no estamos dejando un mundo mejor para nuestros hijos.
Las largas jornadas de trabajo, el mal descanso, la necesidad de cumplir objetivos laborales, la mala alimentación, la falta de tiempo...todo esto nos genera un gran stress y perdemos tiempo invalorable para estar con nuestros hijos, para estar con ellos, para enseñarles como podemos vivir sin destruir el planeta en el que vivimos.
Los temas a charlar con nuestros hijos son incontables pero quisiera detenerme hoy en nuestro impacto medioambiental.
Creo que podemos empezar hablando con ellos de este tema poniendo el ejemplo de una caminata por la playa.
Nuestras huellas de pisadas en la arena, mudo testigo de nuestro paso por la playa deberían ser el único indicador de nuestra presencia. Tan respetuoso al medio ambiente como una huella de un pie en la arena que desaparece con la primera ola. Sin embargo vamos a la playa con ellos y el panorama es tan diferente...nuestro paso no deja huella sino heridas, marcas de nuestra absoluta falta de conciencia de medio ambiente, de nuestra falta de respeto por nuestros pares, por nuestra descendencia. Tu hijo ve como algo normal todo lo que hacemos, para ellos tus actos son el ejemplo a seguir, estos actos pueden más que mil palabras, aunque te llenes la boca de mensajes ecológicos si tus peques te ven hacer lo contrario a lo que dices el efecto es doblemente negativo. Por un lado te imitarán y por otro lado, si tu discurso es contradictorio con tu actuar perderás credibilidad para tus hijos.
Empecemos en casa, enseña a tus hijos a reciclar, a cuidar el agua...son pequeños pasos para un gran cambio.
Gracias Mariano por permitirnos compartirlo!